“La nueva normalidad” es el término que se ha utilizado para nombrar algo que se presenta como una anomalía pero que se volverá común. La contingencia sanitaria ha venido a mostrar un panorama en donde las reglas del juego han cambiado y la logística y su cadena de suministros no ha sido la excepción.
Después de un confinamiento mundial de 1,300 millones de personas en donde se paralizaron prácticamente todos los sectores productivos, ahora se debe regresar a una reactivación económica gradual que tienen que lidiar con el crecimiento de contagios, la capacidad del sistema de salud y medidas preventivas de contagios. La necesidad de reactivar la economía, con sus correspondientes cadenas de suministro, servidas por un sector logístico que ha adquirido un valor transversal con los sectores productivos.
Y esta es la oportunidad para impulsar con vigor el sistema inter y multimodal de transporte, donde los diferentes tipos de transporte cedan terreno unos a otros para complementarse y recuperar el ritmo de la economía.
Bajo este panorama, México puede crear oportunidades que le den un protagonismo comercial a partir del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y los cambios que trajo consigo el COVID-19 en el comercio exterior.
Es una realidad que el T-MEC da inicio a un nuevo escenario en donde México va aprovechando las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos para atraer más inversión extranjera. Aunado a esto, el nuevo tratado comercial retoma la digitalización de toda la documentación, donde claramente hay un mejoramiento de procesos aduaneros, en donde se refleja una estructura sólida para agilizar procesos entre los países.
A partir de la contingencia y la digitalización de documentación han cobrado protagonismo dos tipos de transporte. El primero es el marítimo que da oportunidad a un mercado de petróleo, combustibles, manufactura y cadena en frío, ya que evita los pasos fronterizos que ahora son más complicados y se vuelven un cuello de botella interminable. El segundo es el ferroviario, ya que es el único transporte que atraviesa los tres países, y si sumamos las facultades aduaneras y fitosanitarias de no realizar trámites en la frontera, sino en el destino, ésto da aún más valor en el intercambio comercial. Así, el ferrocarril se convierte en una oportunidad en donde lo único que se debe hacer es aprovechar la infraestructura para exportaciones de valor agregado.
Con toda la situación que atraviesa el mundo parece un panorama difícil pero aún en medio de esta nueva normalidad, le quedan muchos caminos a seguir en tema de logística al país que lo favorecerán e impulsarán en la economía global. Bajo este panorama es fundamental tener los mejores aliados en temas de logística y transporte para tener la presencia mundial que deseas en tu organización.
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